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SALDAÑA blog

Sangarrén y más ladrillo

Tengo un amigo que ya no tiene casa, por lo menos en los papeles que al fin y al cabo es lo que cuenta. Le ha desaparecido su casa, donde vive, no una de esas de descanso, ni de esquiar – en Sangarrén no hay pistas de esquí-. Resulta que en uno de esos megaproyectos urbanísticos llenos de proyectos de urbanización con estudios preliminares de arquitectos aprobados en comisiones bla bla bla ha notado que su casa a escasos 100 metros del pueblo ya no está. Ha desaparecido. En su lugar se encuentra que por su casa pasa una calle y un sinfín de tuberías de agua, de luz, de vertidos. El problema es que su casa, que llevaba años allí, se encuentra rodeada de terrenos que pertenecen a un mismo dueño, y casualidades de la vida se dedica a esto del ladrillo.

Mi amigo vuelve a su casa después de un día de trabajo y siente que si se acerca a la cocina a preparar la cena ve los conductos de la luz atravesar el pasillo; si deja su ropa en el armario nota la presencia de tuberías de vertidos atravesar su dormitorio; tuberías de color amarillo llenas de gas son las visiones que tiene al dirigirse al cuarto de baño y cuando ya se relaja en su sillón ve delante de él la farola cegadora que le regala el megaproyecto urbanístico. En ese preciso momento esta tentado de llamar a Iker Jiménez, pero no lo hace, sabe que son pesadillas que pasarán y que todo volverá a su cauce.

 

 

Ver: http://www.heraldo.es/heraldo.html?noticia=181801

 

 

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