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Antonio Foj García

Antonio Foj García

Allá por finales de los años 70, cuando me dirigía a los Maristas de la plaza San Pedro Nolasco, siempre le observaba. Y yo, como otros muchos, sin saberlo, le pusimos de nombre Lenin. Era clavado, tan igual que mi hermano y yo una vez imaginamos que en la Plaza Roja no se exponía el cadáver momificado del dirigente soviético.

Pasaban los años y la calle era su domicilio. Su espacio era el centro de Zaragoza, las inmediaciones de la Iglesia de Santa Engracia, pero yo siempre le veía a primera hora de la tarde en el Banco Zaragozano. Resultaba curioso después de dejar atrás las tertulias del Savoy de Independencia, con esa jarra de agua y los cafés diminutos, donde los dos "limpias" se afanaban en zapatos extraños.

Transcurrio el tiempo, yo anduve por otras calles de Zaragoza y de otras ciudades y hace un poco mas de un año lo volví a ver en la calle. Y me recordo que la vida pasa y la calle estremece.

Hoy en el Heraldo de Aragón, en la contraportada, le vuelvo a ver, sin barba y aseado. Ya no es Lenin para nadie, ni lo será nunca más. Se llama Antonio Foj Garcia.

1 comentario

Entrenomadas -

Me dio un vuelco el estómago cuando lo leí. Hacia tanto tiempo que no sabía nada de él.

Un abrazo,

M