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SALDAÑA blog

Qué justicia queremos para nosotros ... y para Garzón

Qué justicia queremos para nosotros. Hace muchos años, cuando estudiaba en la Facultad,  asistí a un juicio de faltas en la que una de las partes explicaba lo acontecido el fatídico día que le había llevado ante aquella Sala. Y lo hacía con los gestos habituales en ella y con el tono de enfado que exigía la ocasión. El Juez, en su pedestal y en Su Sala, no podía permitir aquella interpretación de los hechos por aquella mujer  y estuvo a punto de expulsarla de la Sala. Aquella mañana comprendí que la justicia no estaba cerca del pueblo. Con el tiempo he comprendido que la justicia no es justicia si se administra tarde y mal.

Qué justicia queremos para nosotros. Se busca, rebusca y al final se sienta a un Juez en el banquillo del Tribunal Supremo por instruir la causa de las desaparciones de dictador Franco. ¿Dónde estaba el juez Varela cuando se investigaban las desapariciones de españoles cometidas en la dictadura de Pinochet?  La relación de causas penales abiertas por Juzgados Centrales de Instrucción contra otros individuos a los que se imputan otros delitos cometidos en otros países (propuesta G de las pruebas solicitadas por la defensa) Aquellas sí y éstas no. El juez Varela, instructor del caso, califica los hechos dentro del tipo del artículo 446.3 del Código Penal, prevaricación que es dictar a sabiendas una resolución contraria a Derecho.

Y qué es Justicia. Varela nos dice lo que debe ser la Justicia y por quién debe ser impartida en este Auto ...A la hora de determinar si ha sido o no cometida prevaricación, el juicio de valor correspondiente sobre la corrección jurídica de las resoluciones del imputado es responsabilidad exclusiva y excluyente del Tribunal que ha de enjuiciarlo. Sin duda lo hará ilustrado por los argumentos de las partes al respecto, pero sin la intermediación de pericias jurídicas y, menos aún si cabe, de plebiscitos que son incompatibles con el ejercicio de la potestad jurisdiccional de un Estado democrático. (cfr. Sentencia del Tribunal Supremo Sala 2ª, núm. 13/2006, de 20 de enero).

Me gustaría que el juez Varela venga a esta parte del mundo, donde las desapariciones eran el pan de cada día, y el de mañana cuando no te obligaban a saltar desde un avión en mitad del Mar de la Plata. Algo parecido ocurrió en aquella España fraticida donde sacaban a las personas de sus casas para darles el paseíllo.

Muchas noches los vivos, los que quedan, se preguntan dónde estan sus muertos.

Ver el viaje completo en Temas Viaje por la tierra

 

 

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