Marcelino Iglesias o la falta de carisma
Hace tiempo escribi en este blog aquello de ¿quién pensó, allá por los años ochenta, aquello de que era más difícil que ver a Iglesias en el Pignatelli?
Pues bien, Marcelino Iglesias, el único Presidente del gobierno de Aragón que ha conseguido repetir en el cargo, y eso es mucho decir en esta tierra, esta demostrando en estas semanas una falta de carisma que raya el absurdo. Sus socios de gobierno anuncian, como si tal cosa, que ya no van a existir más cambios en el gobierno tras la marcha de Eva Almunia (¡Dios existe!); se queda mudo y tarda cuatro días en reaccionar ante el escándalo desatado por las informaciones de El Periódico de Aragón sobre Gran Scala, y cuando por fin lo hace se desmarca manifestando "que se trata de una idea y no un proyecto" y que existe un Consejero (Arturo Aliaga) ocupado del tema; y por último, ante el tema del trasvase, "conducción", transferencia, o como lo quieran llamar, del agua del Ebro a Barcelona con la boca pequeña (y a regañadientes) dice que se va elaborar un informe por parte del Gobierno de Aragón. (Hoy sábado 19 de abril se confirma que ni informe ni ná)
Valero en Heraldo de Aragón escribe hoy un artículo muy interesante sobre las relaciones PAR-PSOE que nos esperan en estos tres años que restan de legislatura. Los apoyos que necesitan, los unos con Gran Scala y los otros con respecto a esta "transferencia" de agua.
Y es que al PSOE de Aragón esta guerra del agua le ha pillado por sorpresa y en un momento delicado.
Por sorpresa ya que el reciente y reformado Estatuto de Aragón en su claúsula de defensa del agua se había incorporado para el trasvase pensado por el PP de Aznar a favor de Valencia y Murcia. Nunca pensaron que podría ocurrir ese trasvase hacia una Barcelona socialista, y eso que ya venían avisando con aquello del Ródano. Pero es que Marcelino es un "hombre de partido" y en su carrera política nunca ha sacado los pies del tiesto, no se le conocían en los convulsos años ochenta, cuando las guerras socialistas en Aragón eran el pan de cada día en los medios de comunicación, ni fobias ni filias. Y así se encuentra en este momento, ya lo dicen en Madrid "con Marcelino estamos tranquilos" en referencia a que no se espera una dura batalla en esta tierra al trasvase del agua en Barcelona. Esperan lo justo, que de la cara en defensa del Estatuto , y para de contar.
Y en el peor momento, o por lo menos delicado. La "Expo" a menos de dos meses se puede convertir en el escaparate de una guerra del agua entre Comunidades Autónomas y en un pésimo espectáculo, eso sí con mucha luz y fuegos artificiales.
Marcelino Iglesias es un observador de la política. Parece como si la frase "No hacer, dejar hacer" fuese el lema en su escudo de armas. La próxima semana nos desayunaremos con alguna noticia cocinada en el Gobierno de Aragón que nos haga olvidar esta que acaba, ya lo hizo cuando propuso quitar las cuatro cabezas del escudo de Aragón. Estamos ante un Presidente cuyo principal mérito es que ha conseguido repetir en el cargo.
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